TÍTULO ORIGINAL: El gran Vázquez
AÑO: 2010
DURACIÓN: 106 min.
PAÍS: España
DIRECTOR: Óscar Aibar
GUIÓN: Óscar Aibar
MÚSICA: Mastretta
FOTOGRAFÍA: Mario Montero
REPARTO: Santiago Segura, Álex Angulo, Manolo Solo, Mercè Llorens, Enrique Villén, Jesús Guzmán, Pere Ponce, Pep Sais, Jordi Banacolocha, Pere Vall, Itziar Aizpuru, Itziar Castro, Alberto Vidal, Hector Vidales, Lita Claver 'La Maña', Biel Durán, Carles Velat, Oriol Tramvia
PRODUCTORA: Distinto Films / Tornasol Films / Castafiore Films
Es primavera y Vázquez respira la vida a pleno pulmón. Sus personajes -las Hermanas Gilda, Anacleto, la Familia Cebolleta...- triunfan en los tebeos de la Editorial Bruguera. Mientras, el mejor dibujante de tebeos de España disfruta de lo que quiere cuando quiere, no paga nada, esquiva con ingenio a sus acreedores, burla y tima a sus jefes y se casa alegremente coleccionando una familia tras otra. Hasta que un gris contable de su editorial decide que debe pasar por el aro como todo hijo de vecino. No será tarea fácil: para el genial dibujante, la vida es una fiesta en la que hay que colarse si no te han invitado.
Manuel Vázquez Gallego creador de series como La familia Cebolleta, Anacleto, agente secreto o Las hermanas Gilda, fue uno de los dibujantes más famosos de nuestro país durante la década de los 60, pero también más polémico. Todos tenemos una vida privada, y detrás de éste maestro del lápiz se escondía lo que viene a conocerse vulgarmente por el término, un granuja caradura.
En su vida privada Vázquez se caracterizaba por su afición a los trapicheos económicos, que dejaban a los acreedores con dos palmos de narices. Vázquez le echaba morro a la vida, a base de engaños conseguía vivir ‘de gratis’. Pero no solo se le conocía en el ámbito económico, también tenía líos familiares dignos de las más intrincadas historietas en forma de viñeta cómica. Se sabe que tenía varias mujeres e hijos repartidos por diferentes barrios, claro, en desconocimiento de éstos propios, ahí está el merito de su jugada.
Oscar Aibar que ya me esbozó alguna que otra sonrisa con aquella comedia titulada Platillos Volantes, basada en hechos reales y protagonizada por Ángel de Andrés López (800 Balas) y el peculiar Jordi Vilches (El Robo más grande jamás contado), trabajó junto a Vázquez en la revista Makoki, y éste le contó varias anécdotas personales. Aibar quedó un tanto fascinado por dichas anécdotas, a partir de entonces empezó con un proceso investigación de dos años, entrevistando a familiares, amigos y algunas de las víctimas de los sablazos del dibujante. De esta forma, Aibar no tan solo dirige, también escribe el guión, aunque la película no llegó a realizarse hasta varios años después. La película nos ofrece un simpático biopicture sobre la vida de Vázquez, que no es la risión, pero consigue un tono bien divertido.
Aibar se centra en la decadencia de la carrera de Vázquez como dibujante en la editorial Bruguera y sus coletazos familiares, aunque alguna anécdota apunta que fue una licencia cinematográfica, casi todo lo relatado en la película era cierto. Además se incluye al personaje de Francisco Ibáñez, que tomó el relevo de Vázquez con sus personajes de Mortadelo y Filemón, influenciados claramente por éste, al que Ibáñez consideraba un maestro.
Santiago Segura se pone en la piel de Vázquez, papel que interpreta con soltura, puesto que alberga ciertas semejanzas con su personaje de Torrente, pillo y trampero. Aunque no llega a la vulgaridad e indecencia del ex-policía. Salvo la cara del actor, visualmente tienen pocas semejanzas, pero algunos rasgos interpretativos de Torrente están latentes en las acciones y trapicheos que Vázquez se trae entre manos. Vázquez es un moroso y timador, pero con presencia y elegancia, características de las que Torrente carece totalmente.
Aun así, como espectadores será casi inevitable no encontrar similitudes interpretativas entre ambos personajes. Algo que para mí no ha sido malo, todo lo contrario, el personaje de Vázquez requiere cierto nivel de pillaje y estrategia barriobajera, y si alguien sabe de eso a estas alturas tras cuatro entregas de Torrente, ese es Santiago Segura.
Manuel el padre de Vázquez, interpretado por Jesús Guzmán, no tiene mucho que envidiar al padre de Torrente interpretado por Tony Leblanc. No voy a comparar a Leblanc con Guzmán, puesto que ambos juegan en diferentes ligas, pero los dos se hacen con las riendas de su personaje, haciéndolo totalmente creíble a nuestros ojos. Esta relación refuerza la sensación de cierta similitud entre los personajes de Vázquez y Torrente, aunque el enfoque es diferente, la de Vázquez y su padre es una relación más dramática y menos humorística que la planteada en Torrente.
El personaje de Ibáñez interpretado por Manolo Solo (Celda 211, El Laberinto del Fauno), como en cualquier empresa sirve en bandeja el punto de rivalidad de Vázquez, aunque de una forma muy amigable y noble, esa rivalidad realmente es propiciada por las palabras de Peláez, un contable puesto por la empresa con la intención de hacer entrar en vereda las cuentas de la empresa y al propio Vázquez.
Segura y Solo, no se parecen físicamente a las personas que interpretan, Vázquez e Ibáñez, respectivamente, pero sus caracterizaciones están realmente logradas, amenizando esa carente similitud que había en un principio.
Enrique Villén (Crimén Ferpecto) se pone en la piel del redactor jefe, y si alguien podía hacer de jefe bondadoso e ingenuo, ese era Villén, sus propias facciones y su estrabismo no hacen otra cosa que acentuar las características necesarias del personaje, qué aún guiado por Peláez morderá el anzuelo en más de una ocasión. Peláez está encarnado por un excelente y brillante Alex Angulo (Día de la Bestia).
No estamos ante una comedia para llorar de risa, pero Aibar consigue repetir en mí esa sensación que me transmitió Platillos Volantes. El Gran Vázquez tiene algunos tintes dramáticos, pero no deja de ser una comedia y tiene algunos momentos bastante risueños, sobre todo cuando se encuentran en un mismo plano, Vázquez, González y Peláez.
Así que el conjunto final se hace simpático para ver una vez. Un curioso biopicture sobre uno de los dibujantes que más influencias a aportado a la viñeta patria.
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