Gareth Evans llega a la sección oficial a competición de la 51ª edición del Festival de Sitges con Apostle, una película que será distribuida por Netflix en nuestro país a partir del próximo día 12 de octubre. La plataforma de VOD más popular del momento no es la primera vez que apadrina películas con una gran producción detrás y con actores de renombre en primera línea, pero con Apostle la plataforma de cine online pretende reafirmarse ante el público y dejar claro que no siempre prioriza la distribución de películas independientes o bajo octanaje como algunos dictan sentencia.
Apostle, que ya ha traducido fielmente su título de cara a la distribución nacional como, Apóstol, es una película mainstream con grandes labores de realización que se ve mínimamente resentida en su desenlace, al no quedar éste demasiado clarificado y deja a la libre imaginación del espectador. Eso no significa que Apostle sea una mala película, me ha parecido de lo más disfrutable y tremendamente bien ejecutada en casi todos los aspectos técnicos que la unen como un pequeño rompecabezas que va revelando el oscuro secreto del pueblo colonial.
Es el año 1905. Thomas Richardson viaja a una isla remota para rescatar a su hermana, que ha sido secuestrada por una misteriosa secta religiosa que pide un rescate por ella. A medida que se introduce en la comunidad, Thomas descubrirá peligrosos secretos.
Evans causó furor con The Raid y The Raid 2, saga de acción y artes marciales que encandiló a la mayoría de público, con su nuevo film ha decidido dar un giro drástico y nos presenta un drama religioso que se cocina a fuego lento y evoluciona del misterio al horror con paso bastante firme.
Es indudable que Evans no inventa nada, Apostle viene influenciada directamente del cine clásico y en su mayoría por obras como de The Wicker Man, Los chicos del Maíz e incluso la reciente Brimstone en algún pasaje como el del discurso en la iglesia.
Quizás lo más novedoso puede suponer la mezcla de las mencionadas películas con elementos sobrenaturales algo inesperados que vendrían a estar influenciados por The Witch o la historia corta de Creepshow ‘The Lonesome Death of Jordy Verrill’. Sin embargo, tomar referencias prestadas de otros no es garantía de nada en absoluto. Hay que saber llevar las ideas a un estilo propio y combinarlas con acierto, algo que considero que Evans ha hecho con mucho talento en Apostle. Aunque, el elemento sobrenatural del que Evans hace uso no me termina de encajar en toda la parte realista del film, hay que reconocer todos y cada uno de los grandes méritos con los que cuenta el conjunto final.
El guión escrito por Evans hace una dura crítica al fanatismo religioso y el perturbador mundo de las sectas en la época colonial inglesa, perfectamente representada durante todo el film y su parte estética, destacando las vestimentas de los actores y las localizaciones que quedan enmarcadas en un diseño de producción que roza la excelencia.
La faceta técnica es impecable la mayor parte del metraje; excelentes encuadres, diseño de producción excelente (aunque mucho me temo que no todos los escenarios hayan sido construidos artesanalmente) hay mucho trabajo detrás de este apartado y eso le otorga una gran valoración. En el apartado de efectos especiales, algún añadido digital puede resultar pecaminoso y poner en entredicho las afirmaciones anteriores, pero es totalmente perdonable en una película que cuenta con tan buen empaque.
Entre el excelente reparto que conforman la película, cabe destacar la gran labor de Dan Stevens, prometedor actor que se dió a conocer ampliamente en The Guest y aunque en esta ocasión su papel está dentro de los personajes benévolos dentro de la historia, las características de su personaje requieren esas miradas tan siniestras a las que nos tiene acostumbrados cuando pone cara de malo. Otros dos pesos pesados del reparto principal son Mark Lewis Jones (Troya, Master and Commander) y Michael Sheen (Frost/Nixon, Underworld) que bordan sus papeles como artífices de la colonia religiosa y que bebe directamente del paganismo más extremo.
Entre el reparto femenino hay dos papeles de peso en el guión, por un lado tenemos a Ffion, interpretada con mucha solvencia por la joven actriz Kristine Froseth, proveniente de series televisivas y cortometrajes, ésta es su tercera película y primera de terror. Su papel cuenta con un protagonismo moderado, pero que en cierto momento del film desencadena la secuencia más truculenta teniendo en cuenta que Apostle es una película de misterio con pinceladas de terror muy mainstream. A la joven actriz la acompaña Lucy Boynton en un papel que cuenta con un mayor protagonismo al producirse el clásico romance dentro de la historia.
Apostle combina con solvencia lo realista con lo sobrenatural sin esclarecer demasiado esto último, pero el cuento de horror para adultos se sirve con la frialdad y austeridad necesaria para impactar en el espectador y dejarle claro, que los peor terror lo marca siempre el ser humano.
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