AÑO: 1986
DURACIÓN: 93 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Steve Miner
GUIÓN: Ethan Wiley (Historia: Fred Dekker)
MÚSICA: Buddy Feyne, Harry Manfredini
FOTOGRAFÍA: Mac Ahlberg
REPARTO: William Katt, George Wendt, Richard Moll, Kay Lenz, Mary Stavin, Michael Ensign, Erik Silver, Mark Silver, Susan French
PRODUCTORA: New World Pictures
Roger Cobb es un exitoso escritor de novelas de terror. Su hijo Jimmy desapareció misteriosamente durante una visita a casa de su tía y desde entonces lo ha buscado obsesivamente. Tras la trágica muerte de su tía, Roger decide instalarse en su casa para escribir, pero terribles visiones y manifestaciones sobrenaturales le hacen intuir que su hijo está prisionero en algún lugar de la casa. A partir de esta intuición, empieza a luchar contra fuerzas diabólicas.
Esta película es otro ejemplo de cómo a menudo se mezcla el terror con la comedia. Enfocando su desarrollo desde un punto surrealista, House (una casa alucinante) se aleja de cualquier semejanza con un producto similar. Excepto por ser una película de casas encantadas, tiene un toque distinto a lo habitual. Una película de limitada calidad, pero con lo suficientes elementos para entretener, sin embargo, es mejor revisionarla para recordar aquella película que viste durante tu infancia, cuando su portada te cautivó en el videoclub. Si durante tu infancia no te causó ese efecto, no es indispensable que la veas, lo más probable es que te arrepientas.

De todos modos, la película no es tan nefasta como parece ser. Con un modesto reparto de actores, el protagonista Roger Cobb (William Katt), más conocido por su papel en la serie El gran héroe americano y su vecino Haroll (George Wendt), Norm en la serie Cheers, aunque sus actuaciones no tienen mayor compromiso que lo que ofrece la película, son los que se reparten el peso en la mayoría de situaciones.

Durante el film, Roger vivirá variopintas situaciones, enfrentándose a horribles seres, herramientas de jardinería y fantasmas. Escenas en las que sus efectos especiales, son ideales para asombrarte lo suficiente durante la infancia y bastante artesanales para hacerte sonreír en la actualidad.

La banda sonora está compuesta por piezas cortas de sintetizadores e instrumentos de cuerda, que consiguen crear la tensión y ambientación que necesita la película. Con un desenlace para todos los públicos, el film queda como una simpática curiosidad, mancillado con los años tras recibir dos entregas más de bajísimo nivel.
Puntuación


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