TÍTULO ORIGINAL: Berberian Sound Studio
AÑO: 2012
DURACIÓN: 92 min.
PAÍS: Reino Unido
DIRECTOR: Peter Strickland
GUIÓN: Peter Strickland
MÚSICA: Broadcast
FOTOGRAFÍA: Nic Knowland
REPARTO: Toby Jones, Tonia Sotiropoulou, Cosimo Fusco, Susanna Cappellaro, Layla Amir, Eugenia Caruso, Hilda Péter, Chiara D'Anna, Katalin Ladik, Guido Adorni, Lara Parmiani, Antonio Mancino, Suzy Kendall, Salvatore LI Causi, Fatma Mohamed, Zsuzsanna Buksi
PRODUCTORA: Illuminations Films / Warp X
En la década de los setenta, el Berberian Sound Studio fue el estudio de postproducción de sonido más barato y sórdido de toda Italia, por el que solamente las películas más perturbadoras han procesado y editado sus mezclas de sonido en este lugar. Gilderoy, un tímido ingeniero de sonido residente en el Reino Unido, viaja a Italia para encargarse de mezclar el último giallo de Santini, el gran maestro del género; Gilderooy pronto se verá atrapado en un mundo prohibido poblado por actores maniáticos donde los caprichos artísticos y la burocracia más absurda marcan el día a día.
Berberian Sound Studio retrata una época en las que todas las películas se sonorizaban de forma analógica, creando sonidos de la manera más insospechada. En la actualidad se siguen creando sonidos artificiales para ello, pero todo se hace a través de programas informáticos, ahorrando muchos esquemas y apuntes sobre lo que hay que hacer al procesar ese sonido creado a partir de martillazos a una sandia, romper hortalizas o la voz de una actriz en una cabina insonorizada, para chillar el grito más espantoso del film.
Con muchas influencias de esa época, la década de los 70 y 80, su guionista y director Peter Stickland ensalza un argumento con un desenlace que deja un tanto frio, pues como casi todas las películas que representa, acaba de golpe. Claro que, si sabes interpretar el final de la película, aún siendo un tanto absurdo y surrealista, gana puntos. En mi caso, yo no lo supe ver, así que inicialmente me quedé algo decepcionado, pues el desarrollo es bastante interesante, y cuando todo parece que vaya a reventar, zas! se acaba de golpe. Como he dicho yo no supe interpretar ese abrupto final, pero hablando con unconocido, me dijo lo que significaba el final, y ojo! que tiene su punto.
La película tiene muy buena puesta en escena, con unos actores tan solventes como Toby Jones, visto en La Niebla de Frank Darabont. Su aspecto retraído y su peculiar rostro encajan muy bien en el papel que interpreta, el de un maestro sonidista del cine, pero que no ha trabajado en films de terror. De repente se encuentra en un mundo austero y enemistoso, mundo en el que se hace hincapié una dura crítica a la industria cinematográfica que no es avida de concesiones, ni simpatías.
El reparto femenino no cobra demasiada relevancia dentro de la historia, salvo la parte de los gritos. Y el desprecio que sufren por un productor cabroncio. Tenemos cinco féminas diferentes, sin embargo solo tienen algo de renombre Elena interpretado por Tonia Sotiropoulou que la veremos en Skyfall, la próxima película de 007 que está a punto de estrenarse. Y Veronica encarnada por Susanna Cappellaro, que podermos ver como integrante de la familia Collins en Sombras Tenebrosas de Tim Burton.
Ambas no tienen momentos muy destacables, es una cinta interpretada por hombres. Cosimo Fusco hace de productor sin escrupulos que le va como anillo al dedo.
Fusco a trabajado con Dario Argento en El Jugador o en la nueva versión de 60 Segundos con Nicolas Cage. Antonio Mancino encarna a Santini, el director de la película que están sonorizando. Mancino debuta en la gran pantalla, tras un cortometraje. No creo que la película vaya a trascender mucho, pero su interpretación es lo bastante notable, como para dar rienda suelta a futuros trabajos.
La película funciona a la vez como documental y como película. Con algunas licencias, es curioso ver como se trataba a algunos de los actores de doblaje o equipo técnico. Técnicamente la cinta se desarrolla muy bien, los planos rodados en un espacio tan reducido como es un estudio de grabación, están muy bien aprovechados. Y sobretodo el aspecto sonoro y su orquestación es el aspecto más elaborado de todos, no podía ser de otra forma, puesto que es lo que retrata la cinta.
Lástima que su final deja más vacio que satisfacción. Se espera que suceda algo, que nunca pasa. Aunque como he dicho tiene su significado y si se entiende, aunque sea una paranoia, la cinta gana puntos.
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