TÍTULO ORIGINAL: Planet of the Apes
AÑO: 2001
DURACIÓN: 100 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Tim Burton
GUIÓN: William Broyles Jr., Lawrence Konner, Mark D. Rosenthal (Novela: Pierre Boulle)
MÚSICA: Danny Elfman
FOTOGRAFÍA: Philippe Rousselot
REPARTO: Mark Wahlberg, Helena Bonham Carter, Tim Roth, Michael Clarke Duncan, Kris Kristofferson, Estella Warren, Paul Giamatti, Lisa Marie
PRODUCTORA: 20th Century Fox presenta una producción de Zanuck Company
Año 2029. En una misión rutinaria, el astronauta Leo Davidson (Mark Wahlberg) pierde el control de su nave y aterriza en un extraño planeta, habitado por una raza de simios de inteligencia similar a la de los humanos y que tratan a éstos como a animales. Con la ayuda de una chimpancé llamada Ari (Helena Bonham-Carter) y de una pequeña banda de humanos rebeldes, Leo encabeza el enfrentamineto contra el terrible ejército dirigido por el general Thade (Tim Roth) y su hombre de confianza, el guerrero Attar (Michael Clarke Duncan). La clave es llegar a un templo sagrado que se encuentra en la zona prohibida del planeta, en el que podrán descubrir los sorprendentes secretos del pasado de la humanidad y la clave para su futuro.
Ante las constantes advertencias de gente que conozco, sobre lo mala que era esta adaptación, he ido posponiendo su visionado a lo largo de los años de este remake realizado por Tim Burton, basado en la novela de Pierre Boulle, ya tuvo su adaptación a la gran pantalla en 1968 a cargo de Franklin J. Schaffner. Y como desde tiempos inmemorables manda la industria cinematográfica, se hicieron tres secuelas a cargo de variopintos directores e incluso se convirtió en serie de televisión, pensándolo bien, no sé por que nos quejamos tanto ahora de los remakes y secuelas, cuando en realidad se ha echo a gran escala, toda la vida.

Aunque no soy fan incondicional de Burton, la mayoría de sus obras, en mayor o menor medida, me han gustado, manteniendo cierto nivel satisfactorio. La parte visual, sin duda, es lo que más me atrae de sus obras, con ese toque característico tan siniestro a la par que jovial , aunque en los últimos tiempos se ha alejado bastante del aspecto gótico, optando por un mundo de colorines sin fin, como en Charlie y La Fábrica de Chocolate o la inminente Alicia en el País de las Maravillas, aunque no por esto he dejado de seguirle los pasos.
Aun así para mí su propio sello está latente en todas sus obras, haciéndolo casi inconfundible. Claro, que él no fue el inventor de este singular estilo, la idea nace en épocas pasadas, claro ejemplo lo encontramos en la obra del impresionismo alemán, El Gabinete del Dr.Caligari.

Bueno pues antes de que me desvie más del tema, el equipo de maquillaje merece todos mis alagos, convirtiendo a los actores en auténticos chimpances, hasta el punto de hacer irreconocible al actor que se esconde tras las capas de latex y pelo, sin embargo considero que el presupuesto no se ha repartido de una forma equitativa.
La parte destinada a entrenadores para las coreografias en las batallas se la debieron gastar en el maquilaje, además no se como debieron instruir a los actores, pues los movimientos y el comportamiento de los actores/chimpances es hiperexagerado, fastidiando el realismo y todo su encanto. De superproducción pasa directamente a serie B.
En el apartado actoral el peso recae sobre Walhberg, se supone que los protagonistas son los chimpances, pero sus gritos de guerra, no ayudan en nada a eclipsar a Mark, no dan la impresión ni el miedo que deberían, y Walhberg con su capacidad (yo lo considero buen actor) se los merienda.
Danny Elfman resulta algo repetitivo con su banda sonora, pero no me resisto a sus pegadizas y simples melodías.
Adaptar una novela conlleva ciertas limitaciones, o te ciñes a esta creando copiando frase tras frase creando así una calcomanía, como hizo Peter Jackson en su famosa trilogía, John Hillcoat en La Carretera o Tomas Alfredson en Déjame Entrar entre otros. En caso contrario si intentas darle un lavado de cara, debes tener pulso firme al adaptar el guión, de lo contrario el resultado puede ser desastroso. Aquí no llega a este fatídico punto, aunque poco le falta. Por lo que recuerdo de la original, no mucho, bajo mí punto de vista el mensaje final se mantiene bastante intacto. El raciocinio y la capacidad de comprender las cosas, son lo que nos hace diferentes a otras especies, sin embargo este pequeño gran don nos conduce a las ansias de poder, la maldad y a nuestra propia destrucción.
Aunque a medida que avanza la historia se va tornando en un cumulo de escenas que provocan la risa ajena, dejando de lado el mensaje, y prefiero no acordarme del vergonzoso final.
Creo que Burton se embauca mucho más en la acción pura y dura, típica de un blockbuster americano, antes que sobre la reflexión de la conciencia humana. Y no me parece del todo mal el lavado de cara que se le intenta implementar a la cinta, sin embargo como ya he dicho, esta parte falla por completo debido principalmente a unas malas coreografías. Para llevar una superproducción a buen puerto, hace falta más que unas simples batallas de corta y pega.
Visualmente esta muy bien, pero para mí no han sabido contarnos la historia de una forma correcta. Es un gran tren lleno de gente competente, pero se han olvidado de poner los raíles.
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