AÑO: 2008
DURACIÓN: 114 min.
PAÍS: Reino Unido
DIRECTOR: Guy Ritchie
GUIÓN: Guy Ritchie
MÚSICA: Steve Isles
FOTOGRAFÍA: David Higgs
REPARTO: Gerard Butler, Thandie Newton, Tom Wilkinson, Jamie Campbell Bower, Gemma Arterton, Jeremy Piven, Mark Strong, Idris Elba
PRODUCTORA: Dark Castle Entertainment
La noticia de que Uri Omovich (Karel Roden), un rico mafioso ruso, está montando un negocio de compraventa ilegal de terrenos en Londres, en el que se van a manejar millones de euros, hará que todos los delincuentes de la ciudad quieran participar en la operación. Todo empieza cuando Uri pide a Lenny Cole (Tom Wilkinson), un pez gordo de la mafia de Londres, que se ocupe de todos los trámites burocráticos y compré a un concejal (Jimi Mistry). Lenny confía la operación a su lugarteniente Archy (Mark Strong). Por su parte, la contable de Uri, la bella Stella (Thandie Newton), decide llevarse su parte del botín y, para ello, contrata a dos mafiosos, que tienen cuentas pendientes con Lenny, para que roben el dinero.
Vamos con la crítica de Rocknrolla, el nuevo trabajo de Guy Ritchie, uno de los films más esperados. La fecha de estreno en nuestro país, se estima a principios del año que viene. Aunque algunos ya hemos podido disfrutar de ella en el Festival de Sitges.
Ritchie tiene buen pulso para las comedias negras, cargadas de intriga y acción, y aunque ésta no alcanza la genialidad de anteriores trabajos, no desmerece un visionado.
El director británico repite la misma fórmula que en sus primeros films Snatch y Lock & Stock. Encontrar ciertas similitudes con éstos, y empezar a realizar comparaciones, es inevitable. La trama es algo enrevesada desde el principio, y conforme avanza la historia se lía cada vez más, al principio el problema es del tamaño de una hormiga, alcanzando al final, el de un campo de futbol.
Como en sus anteriores films, todo el jaleo es por un simple objeto. En Snatch fue un diamante y en Lock & Stock, dos escopetas. En ésta, es un cuadro de arte. A diferencia de sus antecesoras, en las que dichos objetos se mostraban sin ningún tipo de misterio, aquí ronda un aura de misterio en torno al objeto, el cuadro. Cosa que me recordó bastante, al famoso maletín de Pulp Fiction. Deja al espectador con la incógnita, preguntándose a sí mismo, ¿qué hay en el cuadro qué resulta tan importante?, pero tal como hizo Tarantino con el maletín, lo que se supone esconde el lienzo, termina siendo un simple detalle irrelevante en la historia.
La cámara se mueve con el mismo estilo, congelando algunos planos. La presentación de los personajes se realiza según avanza la historia, de forma fluida y paulatina, tal y como requiere el propio guión que éstos, sean introducidos en la historia. De esa manera es mucho más fácil no acabar confundiendo a sus personajes, ya que, como en sus anteriores films, la cantidad de personajes resulta algo numerosa.
El reparto ha sido totalmente renovado, los que prometían ser los actores fetiches de Ritchie, como Jason Sthatham, Jason Flemyng o Vinnie Jones, se han quedado en el banquillo, sustituidos por unos correctos Gerard Butler, Geoff Bell o Toby Kebbell, éste ultimo me recordó bastante al rol del jefe gitano interpretado por Brad Pitt en Snatch.
La mayor diferencia la encontramos en su humor, mucho más directo y con algunos tópicos, pero sin perder ese toque que tanto caracteriza al director. El film, tiene una sólida trama, pero sin rodeos llega al desenlace de todo el asunto, con bastante rapidez, consiguiendo que sus 114 minutos se pasen volando.
La formula usada en el desenlace, se vuelve a repetir, dando un giro inesperado, algo precipitado, pero totalmente correcto. El guión mantiene la misma solidez que sus antecesoras, sirviéndose de voz en off, explica algunas partes de la trama.
Muchos puntos en común con sus anteriores films, aunque Ritchie ha sabido usar eso a favor suyo, y lleva la película a buen puerto. Si te gustaron Snatch y Lock & Stock, no te la puedes perder.
Puntuación


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