Gary Oldman nacido en Londres, 21 de marzo de 1958, es un actor, director, guionista, músico y productor británico. Conocido en su faceta como actor por películas como Drácula, de Bram Stoker (1992), Léon (1994), El quinto elemento (1997) o la trilogía de Batman dirigida por Christhoper Nolan; compuesta por Batman Begins (2005), The Dark Knight (2008) y The Dark Knight Rises(2012).
Su facilidad para modular la voz, es algo que ha obligado a utilizar a diferentes actores de doblaje. En 2012 Oldman fue nominado en la categoría de Mejor Actor por Tinker Tailor Soldier Spy. Además, en los premios Empire Awards, fue galardonado con el premio honorífico a toda su carrera.
Pero muchos aficionados lo recordamos, también, por un carismático personaje secundario en Hannibal (2001) -secuela The Silence of the Lambs (El silencio de los corderos)- dirigida por Ridley Scott y adaptada de la novela del mismo nombre escrita por Thomas Harris.
El cine es un arte, no hay duda. Y en la actualidad muchos trucos de maquillaje se realizan por ordenador, como Harvey Dent/Dos caras en El Caballero Oscuro. Pero hubo otro tiempo en el que seis horas de maquillaje cada día, daban como resultado uno de los mejores maquillajes -además de freak- de la historia del cine.
Gente como Greg Nicotero (Abierto hasta el amanecer) o Rob Bottin (La cosa) han demostrado a lo largo de décadas auténticas maravillas. Pero fue Greg Cannom (Aullidos) y ganador del Oscar al mejor maquillaje por El curioso caso de Benjamin Button, el que estuvo encantado de participar en Hannibal años antes de llevarse la estatuilla.
Inicialmente se realizaron 20 diseños que no que Ridley Scott tenía en mente. El personaje tenía que lucir horribles cicatrizaciones. Y tras 6 horas de maquillaje diarias, un irreconocible Gary Oldman quedaba oculto tras varias capas de latex, así nacería uno de los personajes más escabrosos del cine, Mason Verger.
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