Hereditary está siendo la película de terror de este verano, que los más atrevidos catalogan como la película del año, incluso, de los últimos años. Quizás sea pasarse con dichas afirmaciones, pero desde luego está causando sensación unánime y positiva entre el público aficionado al género.
Dejando de lado el hype que se crea normalmente con la explosión de tantas opiniones positivas que catalogan al film, por suerte, con la edad estoy controlando más firmemente las expectativas. Tengo que reconocer que el debut de Ari Aster en el mundo del largometraje, aunque utiliza todos los tópicos de las casas encantadas y el mundo de los espíritus, lo hace con una entidad propia y bien merece el gran reconocimiento que se le está dando.
Hereditary es un film que no agradará a ese porcentaje del público que busca algo más convencional dentro del terror. Pero, sin duda, le va a abrir las puertas de par en par a futuros trabajos al bueno de Ari, esperemos que éste sepa aprovechar el buen arranque de su carrera. Ari proviene, como tantos otros directores, del mundo del cortometraje y nos ofrece una película que sin salirse de los cánones y todos los tics habituales del género, ha sabido combinarlos a la perfección con los elementos técnicos de gran categoría y con elementos argumentales suficientemente sólidos para crear un buen espectáculo de terror sin la imperiosa necesidad de recurrir a grandes artificios visuales.
Cosas extrañas comienzan a suceder en casa de los Graham tras la muerte de la abuela y matriarca, que deja en herencia su casa a su hija Annie. Annie Graham, una galerista casada y con dos hijos, no tuvo una infancia demasiado feliz junto a su madre, y cree que la muerte de ésta puede hacer que pase página. Pero todo se complica cuando su hija menor comienza a ver figuras fantasmales, que también empiezan a aparecer ante su hermano.
Un papel muy importante en todo el film lo juega la banda sonora de Colin Stetson, compositor de la OST de Lavender y partícipe en el departamento musical de films como La llegada o Outlaws and Angels. La banda sonora para la presente obra, es una pieza magníficamente orquestada para crear un ambiente asfixiante e inquietante encorsetando todos esos estupendos planos cotidianos y encuadres del cine satánico de los 70 en una película de terror moderno.
La gran incógnita de siempre ¿merece la pena la historia? ¿es original? El guión del propio Ari Aster es una pequeña pieza de orfebrería que se toma su tiempo para situar a los personajes en la historia y disponer las situaciones típicas de una familia aparentemente normal. Digo esto, porque en realidad toda la relación entre los cuatro integrantes de la familia acaba siendo totalmente disfuncional y entra en una espiral de autodestrucción sin saber muy bien como y porque, al menos no hasta que su guionista lo considera oportuno. El film nos va dando pistas en forma de migajas de pan como harían Hansel y Gretel, sin embargo, no es tan fácil como parece llegar a adivinar con certeza lo que realmente está sucediendo en el núcleo de esta familia.
A mí el final me ha sorprendido. Aunque en conjunto la película no es plenamente original, si lo es la forma en que utiliza elementos ya vistos en films como Rosemary’s Baby, El Resplandor, House of The Devil o The Witch, entre otras, para ir atando todas las pequeñas incógnitas que acaban perfectamente hilvanadas con la precisión quirúrgica del mejor cirujano del planeta. Y lo que sostiene toda la trama, es una perfecta dirección de actores que bordan sus papeles y que gracias a un montaje perfectamente estructurado hacen encajar todas las piezas sin las prisas características del género de terror más convencional.
Los Graham están compuestos por el matrimonio e hijos, además de la susodicha abuela que juega un papel estructural, su presencia es un tanto efímera si hablamos de cuota de pantalla, lo cual no significa que no tenga relevancia en el argumento. En fin, estos se presentan como una familia modélica, pero nada más lejos de la realidad, la situación se vuelve turbia a cada minuto que pasa casi desde el minuto uno cuando arranca la historia con un traveling cautivador.
Si alguno de los personajes destaca en esta familia, es Annie, la madre de Peter y Charlie. Annie está interpretada por Toni Collette, a la que vimos en El sexto sentido y Pequeña Miss Sunshine. La actriz se muestra totalmente fuera de sí, en el mejor sentido posible, teniendo en cuenta en qué tipo de película nos estamos moviendo. Creo que sin desmerecer la interpretación de la debutante Milly Shapiro y Alex Wolff (My Friend Dahmer) que ejercen su personaje con la calidad interpretativa que merece el film, el papel de Annie despunta en todos los aspectos, por los propios excesos que comete su personaje como por lo centrada que está la historia en ella misma. Por último, Gabriel Byrne (Sospechosos habituales) hace el papel de progenitor de la peculiar familia, en un papel que queda en segundo plano, pero que tiene sus pequeños momentos importantes en la oscura relación familiar.
Otro aspecto a tener en cuenta es la cantidad de planos que utiliza con gran avidez y en contexto perfectamente funcionales sin resultar para nada forzados, mucho traveling desde ángulos distintos que resaltan la opresión y el mal etéreo característico del cine satanista, aunque al final acabe por hacer acto de presencia en formas más visuales, cosa que no empaña el conjunto totalmente, pero que a título más personal, considero innecesario introducir tanto efecto de post-producción para que el público menos acostumbrado al cine independiente y de autor, sea así capaz de entender mejor lo que está viendo y su significado. Este creo que es el único punto a destacar como negativo, en un film, que está ampliamente por encima de la media dentro del género.
En resumen, Hereditary, como ya he dicho, utiliza muchos tics habituales, pero no abusa del susto fácil, es una película más próxima al terror psicológico, perturbador, sucio y en ocasiones bizarro, al menos en su primera mitad. En la segunda mitad se vuelve algo más arquetípica pero consigue mantener la intriga en el espectador, porque no es una película especialmente terrorífica pero sí tensa y a menudo angustiante y que considero altamente recomendable si te gusta todo tipo de terror.
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