Hay películas que envejecen pero consiguen mantener su encanto durante años y las hay que no tanto. Ese es el caso de la adaptación de It, la novela de Stephen King dirigida en 1990 por Tommy Lee Wallace (Noche de miedo II) que se dividió como una miniserie para la televisión de 2 capítulos de 90 minutos cada uno.
La adaptación de Wallace desprende un aire de telefilm que no recordaba de semejante manera, pero lo verdaderamente problemático en el revisionado, es que los años le han pasado una factura de bastantes ceros en la mayoría de sus efectos visuales. No por ello es que fuese imperativo hacer una nueva relectura, pero existe una justificación.
Desde el primer momento, esta nueva versión de It a cargo del director Andrés Muschietti -Andy Muschietti, internacionalmente- no me ha inspirado demasiada confianza. Primero, aunque no he visto su primer largometraje, sí que vi en el Festival de Sitges el cortometraje de Mamá, que inspiró la realización de dicho largometraje de idéntico título. Un ejercicio sin alma propia, una carta de presentación realizada únicamente para demostrar la capacidad técnica y conseguir financiación para el largo. De manera, que la película la dejé pasar.
El segundo motivo fue que el diseño del nuevo payaso, aunque tremendamente elaborado, no presume de esa dualidad entre lo bondadoso y terrorífico que el payaso original interpretado por Tim Curry (Rocky Horror Picture Show) cambiaba a su antojo para ganarse la confianza de sus inocentes e ingenuas víctimas antes de devorarlas. Algo que siempre me ha gustado en la versión televisiva.
Esta situación se extiende también a gran parte de los escenarios en esta nueva versión, mucho más tétricos y aterradores, como la casa en la que vive este ser. En términos generales la parte estética está muy cuidada, pero todo alardea de aterrador, por tanto, no termina de ser creíble esa parte inocente del payaso interpretado con acierto por Bill Skarsgård (La serie Divergente: Leal) en la vertiente terrorífica.
Principalmente por estos dos motivos, la nueva adaptación de It, esta vez sí, con un toque verdaderamente cinematográfico adecuado para la gran pantalla, me seguía sin inspirar demasiada confianza. Pero en general, las críticas la han puesto bastante bien estos primeros días del estreno, y como me gusta salir de dudas, he pisado una sala de cine a ver que tal.
Tengo que advertir es que no he leído el libro de Stephen King, así que mis comparaciones se limitan a las películas. Dicen que esta nueva versión sigue omitiendo ciertas partes del libro demasiado fuertes para el gran público, pero que el propio King se ha puesto a favor de esta nueva adaptación mucho más oscura y siniestra. Cosa que tampoco era muy difícil, teniendo en cuenta la ausencia total de violencia en la película de los 90, es normal que algunas de las nuevas escenas, hagan flipar al público por su crudeza. Que por otra parte, es bastante comprensible que en la versión de los 90 todo fuese muy sugerido mediante diálogos, pues era una adaptación pensada para televisión y casi todos los públicos.
Esta nueva It tiene sus aciertos, pero también sus desaciertos. Mientras que la parte visual está bastante más elaborada, a pesar de ciertos cambios estructurales no afectan a la narrativa de la historia, han ido por la vía rápida y a lo seguro, la línea argumental resulta un calco de la película original, en consecuencia, la sensación de estar viendo la versión antigua es constante, salvo por los cambios visuales.
Cuando empiezan a desaparecer niños en el pueblo de Derry (Maine), un pandilla de amigos lidia con sus mayores miedos al enfrentarse a un malvado payaso llamado Pennywise, cuya historia de asesinatos y violencia data de siglos.
En ese aspecto la nueva versión gana puntos, pero tampoco me ha parecido tan sangrienta y gore como algunas voces han pregonado estos primeros días. Debe ser que un servidor está muy curtido dentro del género y ya no le sorprende prácticamente nada. En cuanto al terror que transmite la propuesta, pues calza el mismo número en el otro pie. Es una película más bien de sustos no de terror propiamente dicho. Sustos que, como no, abusan del alto volumen para causar el sobresalto entre el público. Pero que, personalmente, no me ha cogido por sorpresa ni una sola vez.
Y ahora viene la gran pregunta ¿ha hecho el pobre ‘Andy’ una mala película? Pues no, pero tampoco me ha parecido la gran película que algunos afirman que es. Creo que vivimos en la era del entusiasmo desmesurado, o a lo mejor, es que me hago demasiado mayor, quien sabe.
Que esta nueva versión tiene cosas más elaboradas que la película de hace 27 años, está claro. Pero en cambio, con sus pequeñas variaciones, la parte narrativa y el desarrollo de sus personajes es un calco de la película original. Muschietti no ha querido arriesgar sobremanera, ni ha intentado aportar un poco de aire fresco a la propuesta. Aunque, también he leído que esta nueva versión es más fiel a la novela, no veo yo una gran diferencia con la película de los 90.
Muschietti apuesta por el mismo formato comercial, el de dos películas. Incluso, llega a enumerar la película en los créditos finales. El plan parece que es que en año y medio o dos, como mucho, veremos la continuación que completa la historia. Siguiendo el esquema de ésta primera parte, deduzco que la segunda parte se centrará exclusivamente en la versión adulta de sus personajes. Preocupante a la hora de elegir el reparto, ya veremos si tienen el mismo tiento a la hora de elegir actores que se parezcan y sean capaces de continuar lo que la pandilla de perdedores han iniciado. Aunque, los que hemos visto la versión televisiva no nos sorprenderá en absoluto el desenlace.
La mayor variación con respecto a la película de los 90, es la estructura que han adoptado en la sala de montaje. A diferencia de la versión de los 90, en este primer capítulo dirigido por Muschietti, no vemos a ningún miembro de la pandilla de los perdedores en su etapa adulta, cosa que en la original intercala en todo momento durante las dos partes.
El guión escrito por Chase Palmer, Cary Fukunaga (director de Jane Eyre) y Gary Dauberman (guionista de Annabelle) se centra todo el rato en la versión adolescente de cada personaje sin variar demasiado ninguno de sus roles en la obra original.
Esta nueva It se apunta a la era nostálgica que toda una generación está reviviendo con fuerza y que la industria aprovecha con películas como Turbo Kid, la serie Stranger Things, el corto Kung Fury etc. Productos que están bien, pero que evocan a una época más bien irrepetible. La nueva It se ambienta en pleno epicentro de los 80, con una estética y desarrollo muy deudor de la serie de moda, Stranger Things.
De hecho, uno de los niños está interpretado por Finn Wolfhard, protagonista también en la serie. La película de Muschietti se regala y extiende su duración hasta los 135 minutos, que no llegan a hacerse pesados, espero que para la segunda parte se moderen en este aspecto. No veo yo tanto material provechoso como para alcanzar la misma duración sin caer en el aburrimiento, pero ya se verá de lo que son capaces Muschiettí y su equipo.
Para mí el punto negativo de la nueva versión, es que viene a contar prácticamente lo mismo que la película de los 90, calcando la mayoría de escenas pero con el punto extra visual más cercano al terror. Pero es un factor que a mí tampoco me ha parecido tan remarcable como le está pareciendo a mucha gente. Que sí, que el diseño de producción está muy bien cuidado, pero técnicamente hablando, algunos de los forzados efectos digitales insertados, empañan un poco el conjunto y resultado final. Vamos, que en líneas generales, la película es suficientemente entretenida, pero la sensación de frescura, para mí, es totalmente nula.
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