Al margen del debate de lo innecesario de realizar un remake de una de las mejores películas (si no la mejor) de terror francés de la última década, A l’Intérieur, a Miguel Ángel Vivas (Extinction) le han ofrecido la posibilidad desde la productora Nostromo, de hacer esta re-lectura, todo un reto, hay que decirlo.
A Vivas no le viene de nuevo los de las home invasion, lo dejó claro en su film Secuestrados. Se nota en el resultado de algunos tramos bastante bien rodados en la primera mitad del film. Siempre siguiendo las mismas pautas de la obra francesa, pero sin el añadido visual tan potente que tiene A l’Intérieur, la obra original en la que se basa el Inside de Vivas.
Una joven viuda, embarazada y deprimida, intenta reconstruir su vida después del fatídico accidente de tráfico en el que perdió a su pareja y su oído de manera parcial. Ahora, a punto de dar a luz, vive en una casa aislada de un suburbio cuando, una noche de Navidad, recibe la visita inesperada de otra mujer con siniestras intenciones...
El intento de desmarcarse de la obra original no me parece del todo desacertado, pero la película intenta ser demasiado precisa y quirúrgica en el recorrido que nos ofrece, mientras que A l’Intérieur era todo lo contrario.
La película de Vivas mantiene un recorrido similar siguiendo la simple línea argumental de la obra francesa que siempre ha sido una simple línea de texto, cierto. Sin embargo, intenta romper esquemas, y extiende un abanico de nuevas ‘opciones’ demasiado amplio y con algún personaje de más, además de las explicaciones sobrantes.
La mayor virtud de la obra francesa realizada por el tándem gabacho Maury-Bustillo es su alto grado de violencia y hemoglobina. En la obra presente eso brilla por su ausencia, que además no compensa con otros nuevos o distintos puntos en la simple trama, pero en la presente obra se empeñan en dar una profundidad innecesaria.
Aunque, no todo son puntos negativos, tiene pequeños aciertos como el de la venda o la pérdida auditiva, siguen sin ser elementos de peso sobre el resto, que no compensan el estrepitoso tramo final al que se le puede achacar múltiples inconsistencias.
Las dos protagonistas principales tenían la difícil tarea de igualar la impecable interpretación de los personajes originales. Hay que reconocer que lo hacen bien y son bastante creíbles llevando el peso de la película.
En esta nueva versión la mujer de negro, interpretada por Laura Harring (Mulholland Drive), goza de un aspecto y secuencias (como la de la ventana) que hacen referencia a la Norman Bates frente a la ventana en Psicosis de Alfred Hitchcock, salvando cualquier distancia técnica e impacto en el espectador. Mientras que en el papel de embarazada interpretado por Rachel Nichols, recuerda a Rosemary en La semilla del diablo encarnado por Mia Farrow, dado su esencia dubitativa.
El guión original ha sido adaptado por Jaume Balagueró, director de REC busca demasiadas justificaciones argumentales y connotaciones que quedaban suficientemente claras en la obra original sin necesidad de mostrarlas, ni reincidir en varias ocasiones sobre ellas, cosa que hace continuamente. Eso acaba por afectar a su duración que se nos hace harto excesiva para una premisa argumental tan poco sustancial.
Eso es lo que pasa cuando intentas hacer un remake ¿o debería decir libre adaptación? Porque la película evoluciona por su propio camino. También es cierto que le vemos tantos fallos por entrar en comparaciones con la original. De lo contrario, probablemente, la hubiésemos aplaudido, sin demasiado fervor, pero sabríamos verle mucho más los méritos. Aunque, no es el caso.
La intención de hacer una película más personal siguiendo la misma línea argumental, salvo el desenlace, es buena, pero incorrecta en su conjunto. Vivas no acaba de encontrar el equilibrio perfecto, sobre todo, más allá de la mitad del metraje.
La película juega más en la vena dramática que la vena del terror. Un Aspecto que es resaltado por una banda sonora cargante compuesta por Josu Inchaustegui con notas altas de violín buscando la emotividad en el espectador, cosa que no consigue.
En otros aspectos técnicos como la fotografía e iluminación, tiene el aprobado. Pero, recalco, argumentalmente, no lo hace. Se explaya en aspectos intrascendentes para el espectador y que afectan en la duración final, en 10 minutos más, pero que a un servidor se le han hecho eternos.
Cuando la obra francesa, incluyendo los créditos, despacha la simplista historia en 80 raspados minutos. La obra de Vivas, cuando abandona la línea principal preestablecida en la película de Maury y Bustillo, que sirve de guía al realizador, entonces se pierde en una piscina. Suerte que siempre nos quedará la original.
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