TÍTULO ORIGINAL: Les amants réguliers
AÑO: 2005
DURACIÓN: 178 min.
PAÍS: Francia
DIRECTOR: Philippe Garrel
GUIÓN: Philippe Garrel, Marc Cholodenko, Arlette Langmann
MÚSICA: Jean-Claude Vannier
FOTOGRAFÍA: Willy Lubtchansky (B&W)
REPARTO: Louis Garrel, Clotilde Hesme, Eric Rulliat, Julien Lucas, Nicolas Bridet, Mathieu Genet, Raïssa Mariotti, Caroline Deruas-Garrel, Rebecca Convenant, Marie Girardin, Maurice Garrel, Cecile Garcia Fogel, Marc Barbé, Nicolas Maury
PRODUCTORA: Maïa Films / Arte France Cinéma
PREMIOS 2005: Venecia: León de Plata: Mejor Director y Premio a la contribución técnica
PREMIOS 2006: Premios del Cine Europeo: Premio FIPRESCI
Paris, Mayo del 68. Una auténtica batalla se libra en las calles entre policía y manifestantes. Envuelto en humo y sonido de sirenas, el joven François ve a Lilie, a la que conocerá un año después. Tras los disturbios queda una revolución perdida, como las esperanzas de un grupo de jóvenes por cambiar el sistema. El mundo que habían querido construir se irá desmoronando, poco a poco se van apagando y entran en una etapa de desencanto amortiguada por el opio.
Esta película es como si se hubiera quedado encerrada en una burbuja hermética al paso del tiempo, conservando la esencia de la época que refleja. Sin embargo, está realizada en el 2005 y consigue una especial sensibilidad a la hora de mostrar la revolución Francesa del 68, así como sus consecuencias. La cuestión es que tales hechos no están muy alejados de nuestra situación actual, la película habla de una situación vivida hace casi 50 años y no es descabellado pensar que la historia siempre se repite.
El contexto histórico de la película y como cuenta el después de la revolución a través de los jóvenes protagonistas, puede hacer pensar en Los soñadores de Bernardo Bertolucci del 2003, pero hay diferencias en la visión que ofrece cada una, excepto el protagonista, que en ambas películas es Louis Garrel, hijo del director Philippe Garrel. Al igual que está ocurriendo ahora, la crisis que declinó la revolución en Francia en 1968 estuvo precedida tras una década de prosperidad económica, luego con un gran crecimiento del desempleo y las grandes huelgas del sector obrero, llevó la situación hacía una confrontación civil iniciada por grupos de estudiantes en contra de una sociedad de consumo.
Mayo del 68 fue una revolución que fracasó como tal, pero transformó no solo la sociedad Francesa, de forma global inició una liberación de costumbres generacionales, disolución de autoritarismos cristianos en la enseñanza, reconocimiento en los derechos de la mujer, así como un cambio en las relaciones sociales y explosión en todos los campos del arte; en ese periodo es donde más se extiende Los amantes regulares. El paso del 68 al 69 es donde el grupo de jóvenes protagonistas dejan atrás las guerrillas callejeras, se adentran en la exploración del arte, el primer amor, el sexo libre y el consumo de opio entre otras sustancias; todo esto arrastrando una frustración que creará un abismo que los engullirá poco a poco.
Como expone todo esto Philippe Garrel en los tiempos que corren supuso todo un riesgo, un atrevimiento para la generación que nos toca vivir, donde cada vez más el consumo rápido y la impaciencia abruma todo pensamiento libre, así como la placentera degustación o aceptación de cualquier arte. La película está rodada en un blanco y negro que consigue transmitir la esencia de una época pasada. La utilización de las luces y los encuadres, planos largos, repeticiones, todo lo necesario para recrear el interior de unos jóvenes que buscan una alternativa personal. Es ahí donde la película se recrea, juega con la ausencia como elemento dramático y las elipsis a través del racord para potenciar sentimientos. La historia de amor que cuenta la película es muy intensa, la relación entre los personajes es muy conmovedora y las sensaciones que produce, muy dispersas.
Durante la primera parte de la película seremos espectadores de la revuelta del 68, veremos a los protagonistas presenciar una serie de hechos que más tarde repercuten en su vidas. El desarrollo que más parte ocupa en la película es otra revolución, la personal, una revolución que también hemos vivido, estamos viviendo o viviremos, la revolución de nuestras propias vidas. En ese momento es cuando parece suspenderse el tiempo y los protagonistas viven de un modo contemplativo, revolucionarios sin ideales, es el amor lo único que puede otorgar un sentido a una vida que se vacía poco a poco. La película muestra un drama interior que golpea de forma contundente hacia su público. Los amantes regulares no es una película fácil, está concebida con unas intenciones más allá de las comerciales y el simple entretenimiento, como se acostumbra en la gran mayoría de los casos. Es una película larga, pausada, sin ningún tipo de excentricidad, es una película hipnótica y para verla es bueno disponer de predisposición, olvidar el tiempo, las prisas, el estrés... el miedo.
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