Bryan Singer abrió las puertas del universo mutante de Marvel en la gran pantalla con X-Men (2000 ) y X-Men 2 (2003). Pero después de la irregular tercera entrega -pienso que lo que afecta al film es el montaje- que traía por título X-Men: la decisión final (2006), la franquicia parecía agotada. Ni siquiera X-Men orígenes: Lobezno, el primer spin off de Lobezno, consiguió reanimar el gen mutante con dignidad.
Pero cuando Matthew Vaughn (Kick Ass) se puso a los mandos para dirigir X-Men: primera generación (2014) para revitalizar la saga mutante con el guión escrito por Simon Kingberg (X-Men: la decisión final), la franquicia levantó el vuelo de una forma espectacular.
Seguida por Lobezno inmortal, el segundo e interesante spin off de Lobezno dirigido por James Mangold, dejaba la saga revitalizada. Este nuevo éxito de los mutantes, dió continuidad a la saga con X-Men: días del futuro pasado y, a su vez ésta, a la presente Apocalipsis, ambas con Bryan Singer de vuelta como director.
Después de una breve introducción para los que no están familiarizados o se han liado/perdido con el ya extenso universo genético de Marvel/Fox, vamos con lo que pertoca, empezar a hablar del film.
Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se unirá a un grupo de jóvenes mutantes para tratar de detener al mayor enemigo contra el que se hayan enfrentado jamás.
Antes de ir a ver esta esperada tercera entrega, sexta si contamos la trilogía original, no quise leer demasiado para no condicionar mi opinión. Aun así, llegué a leer alguna breve opinión que acusaba a Apocalipsis de falta de ingenio y que la franquicia se había agotado otra vez.
Estoy en completo desacuerdo, se tiende a mezclar conceptos. No me parece que el ingenio tenga mucho que ver en la pésima valoración final, teniendo en cuenta que la historia y su guión están bien elaborados.
A mí me ha parecido bestial e igual de fresca que sus dos primogénitas. Argumentalmente no arriesga demasiado, sigue los mismos esquemas de anteriores entregas con más efectos especiales pero sin olvidar una historia coherente, entretenida y, lo más importante, sin perder el rumbo.
De todas formas, casi todas las películas de superhéroes actuales siguen unos patrones muy determinados y establecidos dentro del propio género. Yo no veo nada malo en ello, siempre y cuando, la película nos ofrezca una cuidada historia y entretenimiento del bueno, y en eso Apocalipsis va sobrada.
El film goza de una intensidad muy alta desde el minuto uno en el que con una épica presentación muy digna y bastante espectacular de Apocalipsis en el antiguo Egipto, enlaza con unos títulos de crédito que resaltan los acontecimientos históricos de la humanidad, de los cuales, alguno como la invasión Nazi, ha servido de premisa, sobre todo, a la nueva trilogía. Así el film recorre brevemente varios milenios y nos sitúa en 1983, el presente del film.
La saga siempre ha gozado de villanos muy interesantes, sin contar el propio Magneto, claro. En esta ocasión, el villano interpretado por Oscar Issac (Star Wars: el despertar de la fuerza) que nos mostraban en los avances gráficos antes del estreno, me hacían sospechar que no estaría a la altura de las circunstancias.
Pero visto en acción a lo largo de toda la película, mi opinión cambia por completo. Su cuidada estética combina a la perfección con su estilo de ‘cartón-piedra’ muy ochentero. Y lo que, a priori me causaba desazón, termina por ser todo un acierto en todas y cada una de las escenas en las que Apocalipsis y su sobreactuada gesticulación facial -que no desentona en absoluto- lo convierte en un malo muy característico y temeroso.
El film entrelaza mucho más ambas trilogías, expandiendo todo el universo pero en una pieza única con una gran conexión argumental y los personajes principales a lo largo de los años y misiones/situaciones acontecidas.
Algo que ya se daba a bastante escala en Días del futuro pasado, al desarrollar su trama en dos espacio-tiempo diferentes. Sin embargo, en la presente obra se afianza y solidifica dentro del universo.
Primera Generación nos presentaba la versión jovial de Magneto, Xavier y Mística. Mientras que la presente Apocalipsis suma a éstos, otros personajes secundarios igual de importantes como son Cíclope, Tormenta y Jean Grey que pasan a formar parte del equipo de mutantes en su versión adolescente.
La importancia recae sobre el primer trío interpretativo, está claro. Pero no hay nada negativo que decir del tridente secundario y sus jóvenes versiones interpretadas por Tye Sheridan (Zombie Camp), Alexandra Shipp (Straight Outta Compton) y Sophie Turner (Juego de Tronos), respectivamente.
El único pero, es el mismo. Sus rasgos no se parecen demasiado a sus predecesores, pero dan el pego, y su interpretación -lo que más cuenta a la hora de la verdad- me ha parecido de lo más correcta en un reparto tan coral con tanto personaje.
Algo de lo cual también acusaban al film, de ser confuso. Personalmente, a mi no me lo ha parecido para nada. Todos los personajes están bien presentados y bien integrados en la trama. Además, todos tienen su función/tarea en tan brillante contienda.
Esta versión más joven completa a todos los principales personajes de la obra original y conecta ambas trilogías de manera completa, haciendo hincapié con la X-Men original del año 2000. Una conexión que no solamente pasa por los personajes, también algunas de las situaciones o decisiones. Y que ayudan a entender mucho mejor las motivaciones personales de sus personajes en la obra original e incluso el resto de la sextología.
Hablar de los nuevos Magneto, Profesor Xavier o Mística interpretados por Michael Fassbender, James McAvoy y Jennifer Lawrence, respectivamente, no creo que haga falta.
Han demostrado perfectamente sus dotes interpretativas en las dos anteriores entregas de la nueva trilogía.
Interpretativamente lo hacen realmente bien y no tienen nada que envidiar a las versiones veteranas del personaje interpretadas por Ian McKellen, Patrick Stewart y Rebecca Romijn en la saga original.
Que no se parezcan físicamente a los originales, es algo que admitimos en su momento, igual que hacemos con ahora Cíclope, Tormenta y Jean Grey.
Uno de los personajes que más gustó al público en Días del futuro pasado -con las redes sociales algo muy fácil de saber para las productoras- fue Mercurio, interpretado por Evan Peters. Y como tontos no son, su aparición en Apocalipsis rinde justicia al personaje con una aparición mucho más extensa desde el primer momento. Y yo que me alegro por ello, a mí también me encantó y me quedé con ganas de más. Y al final, asegura quedarse un tiempo, por lo tanto espero que en entregas venideras disfrutemos de su presencia.
Su escena estelar vuelve a rodarse a cámara lenta, dada su particularidad mutante, hipervelocidad. Igual o más divertida y mucho más espectacular que su pequeño affair en la cocina durante la anterior entrega.
Esta vez adornada por el Sweet Dreams de Eurythmics. Una delicia para nuestros sentidos, en especial, vista y oido.
Pero esta no es la única canción que capta nuestra atención en el film, al menos, para quien le guste el Metal, el Rock y derivados. Va a flipar de lo lindo con el -algo recurrente por su título- The Four Horsemen de Metallica, para la escena en que apocalipsis recluta a Ángel, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis.
El resto de la banda sonora, además de canciones o versiones de otros artistas, está compuesta por John Ottman que ya ha dispuesto sus partituras a las imágenes de la saga anteriormente en X-Men 2 o X-Men: días del futuro pasado.
Su orquestación para esta entrega dota de la intensidad necesaria a las ya de por si solas, suficientes imágenes que nos tendrán pegados a la butaca y retorciendo el puño en más de un momento, aun sabiendo, que los buenos son siempre los que ganan en este universo mutante. El caso es como lo hagan....eso es lo que nos mantiene en vilo todo el rato.
En cuanto al CGI sigue ofreciendo una calidad bastante alta. Está claro que nuestro cerebro engaña a nuestra retina. Pero considero, que sus efectos son de lo más resolutivo y creíble actualmente en una producción tan cercana a lo digital. Su integración con lo poco que haya sido construido artesanalmente, da muy bien el pego y queda bien integrado con el diseño de producción restante.
Si vas a verla, hay escena post-créditos al final de todo, no es gran cosa y no muestra al villano como hicieran en Días del futuro pasado, pero lo sugieren.
Ya no puedo decir mucho más a su favor, tan solo, que si te gustaron las dos anteriores, te va a encantar. De lo contrario, mejor que guardes tu dinero para otro producto más acorde a tus gustos. Nos vemos en las próximas entregas de los mutantes.
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